David Nieblas Meza escribe “Tinta Suelta”, su columna semanal en Punto Medio
- Se acaba el tiempo para las “corcholatas”; ¿quién va a ganar?.
Estamos a días de que el partido Morena, lleve a cabo su selección del “defensor nacional de la 4T”; según se dijo, esto será por medio de una serie de encuestas ciudadanas que le darán el triunfo al más popular y al que la gente crea que es más capaz para el cargo; hay que apuntar que, el ganador de estos levantamientos y este cargo, en unas semanas más, se convertirá en el candidato a la presidencia de la República.
En torno al proceso hay varias versiones e inquietudes, todas ellas, inciertas pero que forman parte de la efervescencia política en este partido que, a su corta edad, ha logrado la máxima nominación a la que puede aspirar un instituto político. Sin embargo, creo que todos lo tienen más que claro, que esto se logró gracias a la figura de un hombre, no por la estructura y organización de un partido.
Pues bien, en las últimas semanas, hemos visto a los “aspirantes” recorrer el país y el Estado de México, quizá no tratando de convencer, más bien, fortaleciendo sus figuras e imagen. Para muchos, la candidata Claudia Sheinbaum, es “la favorita del presidente” Andrés Manuel López Obrador, y también, la que tiene una inercia positiva en las encuestas, aunque hay que decirlo, que es un impulso que se viene manejando y alimentando por su cargo como jefa de gobierno de la CDMX.
Sin embargo, lo he comentado con algunos colegas y amigos de la política, que para mi, la moneda sigue en el aire; no hay nada definido para nadie; menos, en este momento. Para muchos, Claudia no ha resultado ser la mejor aspirante; lo que ha mostrado, no ha fortalecido su imagen, más bien, la ha debilitado un poco. Y aunque hay una especie de “cargada” porque se piensa que es la “preferida” de AMLO, lo cierto es que la cosa se puede voltear en la recta final por la nominación.
De los que hay en competencia, Marcelo Ebrard resulta ser un perfil que muestra mejores cartas credenciales y se proyecta con capacidad para el cargo, sin embargo, otro que viene empujando fuerte es Adán Augusto López, que para muchos, es el “caballo negro” y puede dar la sorpresa.
El exsecretario de Gobernación es y ha sido por muchos años, un amigo y colaborador muy cercano al presidente López Obrador, que en algunas ocasiones, lo ha considerado como “su hermano”. Adán viene repuntando y cerrando fuerte, y en una de esas, resulta ser elegido, cosa que será muy interesante ver, como se resuelve.
Si hay algo claro en estos momentos en el proceso de Morena, es que el tema de las encuestas no es tan real y confiable; en los procesos pasados, los candidatos han surgido de mesas de negociación y los sondeos, han resultado ser meras “pantallas” para legitimar las nominaciones.
Todo mundo sabe y piensa, que al final de cuentas, el presidente Andrés Manuel será el que decida al viejo estilo, quien será su sucesor, y será importante ver, quien será el que se ponga al brinco; yo, dudo que alguien se anime.
Mientras esto pasa a nivel nacional, a nivel local los liderazgos andan haciendo su luchita y apostando a este proceso, para quedar con un buen “padrino” que apuntale sus aspiraciones en las designaciones de las candidaturas.
En Cuautitlán Izcalli, dicen los que saben que “la plaza está acéfala” y que no le pertenece a ningún grupo, cosa que podría abrir las posibilidades de nuevos perfiles. El GAP la ganó y en la pugna interna, los llamados “Puros” entregaron el poder, cosa que deja poco clara la situación, en cuanto a quién tiene el control o el derecho para pelear las nominaciones.
Se va a poner bueno el proceso interno; ya lo veremos.