David Nieblas Meza escribe “Tinta Suelta”, su columna semanal en Punto Medio
- Se le está complicando a Daniel Serrano en Cuautitlán Izcalli; “cuando el río suena…”.
A dos semanas de campaña por la presidencia municipal de Cuautitlán Izcalli, como que las cosas en Morena no andan del todo bien; es más, creo que se están complicando y en una de esas, la cosa se puede poner peor.
Para empezar, la designación del candidato no dejó a todos contentos, y fue el diputado local Jorge García, el que alzó la voz primero, cuestionando el proceso de selección; para entrar en el léxico morenista; Daniel Serrano es el candidato “espurio”, resultado de una selección que ya estaba pactada y que se simuló una competencia interna.
Y a estas alturas del partido, es una convicción generalizada; todos lo creen y están convencidos de que así fue; un pacto para pagar un supuesto favor, y nada más. Y la tesis, no sólo quedó ahí, sino que se vino a reforzar, con las declaraciones del hoy candidato de Morena, el expriísta y exalcalde Karim Carvallo, quien asegura, ganó las encuestas para alcalde, pero le dieron la diputación. Es decir, no sólo hubo una imposición en la presidencia municipal, sino que también, en la nominación que hoy ostenta.
Hay molestia en las bases morenistas porque no eran los candidatos que esperaban; Daniel Serrano aún no se quita el mote de que no es de aquí, y el peor, que es “un corrupto y vividor de la política”. No lo dice la “derecha conservadora malvada” y los “adversarios” del PRIAN, lo dicen los propios morenistas que saben de las acciones que hace el hoy, candidato de Morena; y que lo llevó a la derrota hace tres años.
“Dicen que cuando el río suena es porque agua lleva”, y esta semana, tres personajes de Morena volvieron a dar la cara para exponer la clase de persona, que a su juicio, es Daniel Serrano.
Lo tachan de corrupto y delincuente, de pedir moches, de tener documentos oficiales duplicados, y demás linduras.
Uno de ellos, Octavio Reyes, lo conoce muy bien porque en su momento, trabajo para él como su abogado, de tal suerte que algo debe saber o algo ha de haber visto.
Felipe Díaz por su parte, hizo otras acusaciones, en donde denunció agresiones y estrategias para desprestigiar, en el anonimato de las redes sociales; estrategia cobarde que gusta utilizar el equipo de Daniel Serrano, para intentar generar percepción, cosa que, no en todos los casos funciona.
De risa fue ver, en un ejercicio que se hizo en este semanario sobre respaldo a candidatos, que tuvo más votos de perfiles del extranjero, que de ciudadanos de Cuautitlán Izcalli, la mayoría lo tomó a chunga, porque se metió a competir soltando “billetazos” pagando “granjas de bots”, con tal de no verse tan abajo en las preferencias.
Daniel Serrano se está metiendo en problemas y se está perfilando a perder por segunda ocasión consecutiva la alcaldía; ya quedó comprobado, que por méritos propios, no gana elecciones; cosa que para su ego, ha de ser muy grave y frustrante.
La verdad es que el barco se le está viniendo a pique, sobre todo, porque los enemigos, están en casa. Y recurriendo a su estrategia, habría que decir que, de toda la gente que se ve en el templete de arranque de campaña, más del 80 por ciento habla muy mal de él; tiene un concepto muy claro de su persona, y no precisamente positivo. A muchos, los he oído de manera personal, cosa que no ha de ser nada fácil para quien dicen y aseguran, no es de Izcalli y no merece gobernar Izcalli; al menos, en estos momentos.
Habremos de estar atentos a esta novela, porque le falta mucha cinta por recorrer.