David Nieblas Meza escribe “Tinta Suelta”, su columna semanal en Punto Medio
- Cuautitlán Izcalli, pueblo noble, pero cansado de pretextos y malos gobernantes.
Estamos a nada de que el gobierno municipal cambie de estafeta en Cuautitlán Izcalli; por desgracia, estamos viendo que el cierre del ejercicio de Karla Fiesco García, no será del todo bueno ni terso, al menos, a juzgar por lo que se ve en las calles; y por las declaraciones que ha estado emitiendo el equipo y el propio alcalde electo Daniel Serrano Palacios, quien, esta semana, dijo a medios de comunicación que recibirá un “gobierno en quiebra”, con serios problemas en sus finanzas públicas.
Habrá que decirlo también con todas sus letras: un “gobierno en quiebra”, también lo recibió Karla Fiesco y sus antecesores, Ricardo Núñez Ayala, Víctor Estrada, Karim Carvallo, Alejandra del Moral y David Ulises, según han dicho luego de asumir el poder; pareciera el cuento de nunca acabar, pero así lo hemos registrado en este semanario.
Para todos aquellos que no le han dado seguimiento al tema de la deuda pública, el problema surgió por allá en los años en que David Ulises Guzmán Palma llegó al poder; tras una pugna interna en el PAN, tras “sus años de gloria”, le tocó recibirle el gobierno a su enemigo político, a Alfredo Durán. En el ánimo de hacerlo quedar mal, hizo un balance de la deuda registrada y no registrada que le dejó, la cual sumaba alrededor de 800 millones de pesos, según sus cálculos y cuentas, en aquellos momentos.
Esta etapa, creo yo, fue clave para que el tema de los laudos laborales creciera y generara el problema que hoy se tiene y se padece; el despido a diestra y siniestra, violando los derechos de los trabajadores, se vivió en las administraciones de Durán, David Ulises y varias que le siguieron.
Cuando llegó Alejandra del Moral, reportó que le dejaron una deuda de poco más de mil 400 millones de pesos, y ya se empezaban a notar, algunos efectos de las malas decisiones de despedir a la gente de manera injustificada, con el pago de laudos cuantiosos. La priísta, incluso, afirmó en su momento que había recibido “un gobierno hipotecado”.
Luego llegó Karim Carvallo, con la misma visión y con el mismo mal: no llevarse bien con su antecesora; en su momento, declaró que le dejaron una deuda de mil 500 millones, la cual aumentó hasta 3 mil en poco tiempo en el poder; y declaró, que “logró pagar” casi la mitad de la deuda, cosa que nunca comprobó y se documentó, que le mintió a la ciudadanía con algunos acuerdos y convenios firmados con CFE y el en tema del agua, que a la larga, se incumplieron y complicó el tema de la deuda.
Luego le siguió Víctor Estrada Garibay, que también llegó sin llevarse nada bien con su antecesor; de igual forma reportó un “gobierno en quiebra” y en el abandono, con una deuda millonaria, pero no dio a conocer el monto total; denunció la existencia de “aviadores” y varias irregularidades que, dijo, tenían implicaciones penales.
Luego llegó Ricardo Núñez Ayala, quien también denunció que recibió “un gobierno desvalijado” y con una enorme deuda; tras una “auditoría a fondo”, dijo que había detectado desvío de recursos por más de 500 millones de pesos; también, sufrió para el arranque de su administración y tuvo que saldar algunas deudas, incluso, de pago de quincenas y aguinaldos no pagados por el “medallista olímpico”.
Con Karla Fiesco, se dio un balance de deuda registrada y no registrada, que sumaba los 5 mil 300 millones de pesos; así recibió de manos de Ricardo Núñez; en qué momento se llegó a esa cantidad, no se sabe la razón exacta, lo cierto es, que es una cifra que asfixia a todo gobierno o administración. El tema de los laudos millonarios y escandalosos, ha “explotado” en las tres últimas administraciones, pero a eso, se le suman convenios no cumplidos y por los cuales, el municipio ha sido castigado e impactado en el descuento vía participaciones federales y estatales.
El tema es complejo, pero no es nuevo ni nada que no se sepa. Al margen de ello, se tiene, hoy en día, un presupuesto anual que ronda en los 3 mil mdp, situación que debe dar margen a cumplir con las exigencias de la población.
La gente ya no quiere pretextos, sino acciones, de las personas que se postulan al gobierno, pero que estando en él, ven sólo por su beneficio personal en lugar del colectivo. Ojalá que eso se supere pronto y también, va siendo tiempo de que caigan algunos responsables que han contribuido al desfalco, por acción u omisión.