Tinta Suelta / David Nieblas Meza

* Daniel Serrano “infla” metas de pavimentación; intenta engañar

David Nieblas Meza escribe “Tinta Suelta”, su columna semanal en Punto Medio

Hay políticos que gobiernan desde la gestión; y otros, que gobiernan desde el relato. Para los primeros, los hechos hablan; para los segundos, las palabras lo son todo.

Daniel Serrano Palacios, alcalde de Cuautitlán Izcalli, parece pertenecer a esta segunda categoría; la de quienes necesitan construir una realidad alterna para sobrevivir políticamente, aunque eso implique manipular los datos, distorsionar comparativos y maquillar resultados.

Su estrategia pareciera que es clara y repetitiva: inflar cifras, omitir contextos y alterar proporciones para crear la ilusión de un gobierno eficiente. Su más reciente acto de prestidigitación estadística, que le descubrimos en este semanario, tiene que ver con el programa de bacheo y la repavimentación municipal.

En un boletín oficial, el número 359, el gobierno presume que “triplicó” la meta de asfaltado durante 2025, con la aplicación de 21 mil 350 toneladas de mezcla asfáltica en los primeros diez meses del año, frente a las 6 mil 921 toneladas, según dice, “colocadas en 2024”.

Hasta ahí, todo parecería un logro plausible… salvo por un pequeño detalle: la comparación que hace es engañosa. El “truco” está, en que la cifra de 2024 corresponde sólo al material usado para bacheo, mientras que en la administración actual, Serrano Palacios incluye bacheo, pavimentación y repavimentación dentro del mismo paquete estadístico.

Es decir, se comparan cosas distintas, con alcances distintos y con presupuestos distintos. Y sin embargo, el alcalde lo presenta como si fuera una mejora contundente frente a su antecesora, Karla Fiesco. Un vil y burdo intento de engaño. Por lo que se ve, esa manipulación no es casual; es una estrategia de comunicación deliberada.

En el Informe de Gobierno del 2024, específicamente en las páginas 127 a la 130 del documento oficial, se detalla que el gobierno de Karla Fiesco realizó cinco obras de pavimentación con un monto superior a 19 millones de pesos, rehabilitaciones viales por 21 millones, y además destinó 25 millones adicionales a la reconstrucción de concreto asfáltico e hidráulico.

Todo eso sin contar el programa de bacheo que dispersó 7 mil toneladas de mezcla asfáltica y 70 mil metros cuadrados de superficie reparada. Entonces, cuando el alcalde Daniel Serrano toma únicamente ese dato parcial y lo contrasta con su propio acumulado total, está mintiendo por omisión.

A eso hay que sumarle algo más profundo: la constante necesidad de manipular el relato. El alcalde selecciona los datos que le convienen y desecha los que lo contradicen.

Cuando las cifras mensuales le favorecen, por ejemplo en el tema de la inseguridad, las destaca con entusiasmo. Pero cuando no, prefiere esconderse tras comparativos globales o narrativas amplias que diluyen los tropiezos.

No es un fenómeno nuevo, pero sí profundamente dañino. Porque detrás de cada cifra maquillada hay una historia que no se cuenta; el bache que no se tapó; la calle que sigue sin luz; la colonia que sigue esperando una obra prometida.

Al día de hoy, pareciera que la estrategia le está fallando, quizá, porque el izcallense es un poco más analítico y no se deja engañar; no por nada, Daniel Serrano encabeza el gobierno peor evaluado del país, según el INEGI. Y eso, no es cosa menor, a casi un año ya de gestión.

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