Comunidad

Izcalli está destrozado y a los gobernantes no les importa porque no son de aquí

Entrevista exclusiva con David Mendoza Ramos; el ciudadano y abogado izcallense advierte que los partidos están rebasados y que el futuro del municipio dependerá de que el próximo presidente sea de Cuautitlán Izcalli y gobierne más allá de intereses partidistas

“Cuautitlán Izcalli ha tenido muy mala suerte, pareciera una maldición, porque la gran mayoría de sus alcaldes no son de aquí”, afirma el ciudadano y abogado izcallense David Mendoza Ramos, quien en una entrevista exclusiva para Punto Medio, lamentó que el municipio esté destrozado y que a sus gobernantes no les importe.

Con esa frase, resume lo que considera la raíz de todos los males del municipio: haber sido gobernado durante años por personas sin arraigo, sin amor por la tierra que administran y sin interés genuino en su gente.

“El Izcalli al que yo llegué ya no existe. Ese Izcalli donde podías caminar tranquilo de noche, donde había orden y esperanza, desapareció delante de nuestros ojos. Hoy la ciudad está destrozada, insegura y sin rumbo”, lamenta.

David Mendoza Ramos sostiene que ha llegado el momento de un punto de inflexión político. “Nos tiene que preocupar, y mucho, que el próximo presidente municipal sea de Cuautitlán Izcalli. Que conozca sus calles, sus parques, sus problemas y su historia. Porque nadie puede querer ni defender lo que no conoce”, enfatiza.

– ¿David, cuántos presidentes municipales has visto pasar?.

– Pues imagínate desde Juan Manuel Tovar hasta la fecha.

– ¿Te has puesto a reflexionar cuál ha sido el peor?.

Tristemente he de decirte que el peor siempre es el último.

Pero también he reflexionado que aunado al hecho de tener malos alcaldes, creo que hay dos cuestiones que tendríamos que revisar. Una es que Cuautitlán Izcalli ha tenido muy mala suerte, pareciera una maldición, porque hemos tenido la gran mayoría de alcaldes que no son de aquí.

Pero el grave problema que incluso ellos han tenido es que siempre traen gente de fuera. Y eso ni es correcto, ni es bien visto, ni es eficiente y ni ayuda a la ciudad.

– ¿Qué te duele de Izcalli, después de tantos años?

– Me duele tristemente, he de decir, que el Izcalli al que yo llegué ya no existe. El Izcalli al que todos queríamos hace 30 años todavía, se nos fue delante de los ojos.

Hoy nuestro Izcalli está destrozado, inseguro. Es terrible lo que está pasando en Cuautitlán Izcalli. Pero también he de decir que tenemos parte de culpa.

Que tenemos un problema estructural que se tiene que revisar. Tenemos un gobierno federal muy rico y muy gandalla. Y tenemos municipios muy pobres, pero además ineficientes.

Me parece que la política que hoy se desarrolla va en sentido contrario. La política la inventamos para dialogar, para ponernos de acuerdo, para cambiar, para ser mejores. Y hoy la política pareciera que está sujeta más al crimen que a cualquier teoría de la civilización.

Y eso es gravísimo. Y si me apuras te diré, peligroso.

– ¿Qué necesitamos hacer ante este panorama?

– Yo cuando hablo de la responsabilidad ciudadana, me tengo que referir inmediatamente a una cuestión muy simple que muchos no observan.

La política se ha convertido en una mentira permanente. Pero tenemos que señalar que la mentira no tiene como finalidad exclusiva engañarte, sorprenderte. No, la mentira usada en política tiene como finalidad hacer que las personas dejen de creer y que las personas lleguen a lugares comunes como… Todos son iguales.

¿Para qué participo? Esa es una estrategia terrible. Porque cuando eso le ocurre a una sociedad, la sociedad deja en un momento determinado de pensar qué es bueno y qué es malo. Y cuando una sociedad llega a eso, quienes gobiernen, pueden hacer de esa sociedad lo que quieran.

A mí me parece que la sociedad izcallense no está respondiendo a la expectativa de educación que tiene.

– ¿En Izcalli se tiene el gobierno que se merece?

Por supuesto que sí.

– ¿Y cómo los catalogas?

Están reprobados. ¿Pero sabes por qué están reprobados? Porque ni siquiera son de Izcalli.

Y aquí yo, al contrario, te preguntaría a ti como le pregunto a muchos. Ustedes creen que les importa el municipio, si ni siquiera son de aquí y en un año o dos años se van a echar a correr y nadie los va a volver a ver.

La figura municipal fue creada como la expresión más cercana a la gente y la ley establece claramente y de manera específica qué es lo que tiene que hacer un Ayuntamiento.

Y yo digo que es muy malo porque el 115 dice que le competen los servicios públicos. Nada más. Por eso hace unos días posteaba yo que en Cuautitlán Izcalli los baches, los parques mal cuidados, la inseguridad huelen a conciertos. Y eso es terrible.

¿A qué nos ha conducido eso? A que exista una clase política muy chiquita, muy pequeña y nada desarrollada. Nos tiene que preocupar que el próximo presidente municipal sólo una cosa que sea de Cuautitlán Izcalli.

Y debo aclarar, no estoy interesado, pero sí estoy interesado en opinar. Sí estoy interesado en hacer causa común con todos mis amigos del PRI, del PAN, del PRD, con quien quiera pensar en la ciudad. Nada más. Primero que pensar en los partidos. ¿Por qué? Pues porque tristemente te puedo decir que en esta casa hemos adoptado una política muy simple. Oscurece y si no hay necesidad vital de salir de la casa, no salimos.

Yo siempre impulsé y siempre dije que teníamos que crear un laboratorio de jóvenes pensando en que se disputaran el poder los siguientes 20, 30 años, pero a partir de una política distinta en busca de la eficiencia.

A ver, la política la inventamos para eso, no para otra cosa. Hoy, pareciera que la política se basa en el discurso del odio y no en el discurso de las ideas. La política se basa en el escándalo y no en la tranquilidad. La política se basa en la fuerza y no en los acuerdos, no en la concordia.

Mira, yo he de decirte que en los próximos días voy a aumentar mi actividad y he estado haciendo llamado con muchos amigos de distintos partidos en donde principalmente les he advertido de la necesidad de que pensemos más en la ciudad y menos en los partidos. Que prioricemos lo que necesita la ciudad, lo que necesitan los ciudadanos de Cuautitlán Izcalli; y que a partir de ahí, entonces empecemos a influir.

Lo verdaderamente terrible de la sociedad, de la política y de los partidos es que los ciudadanos no quieren meterse en política; no les importa la política militante; les vale, no les importamos. Y tienen sus razones la existencia es durísima, están ocupadísimos y muchos de ellos lo que buscan es distraerse y está bien nosotros como políticos por llamarnos de alguna manera tenemos que ser respetuosos y tolerantes.

Jesús Reyes Heroles decía quienes están más obligados a la tolerancia somos nosotros.

– ¿Los partidos están rebasados en Izcalli para ofrecer un proyecto de gobierno?

Por supuesto que sí, por una sola razón ya gobernaron todos y la ciudad está hecha pedazos. ¿De qué se trata? ¿de repartir culpas? el ciudadano no quiere que repartan culpas, sólo quiere vivir bien.

Siempre me consideré un objetor de conciencia toda la vida y te puedo hacer un recuento generalizado, no lo voy a hacer, pero te digo este contexto sólo para afirmar una cosa: Morena es el PRI de hace 50 años, y más.

Yo inicié mi participación en política porque pensaba sólo en una cosa: abrir oportunidades a todos; estar en contra de lo que no es correcto; por el hecho de que les aplaudan mucho y todos les digan que está bien no quiere decir que está bien.

Necesitamos impulsar cosas de a deveras que le den certeza y garantía al ciudadano por eso te decía yo, primero asegurarnos que tengamos un presidente que sea de Cuautitlán Izcalli y salir a las calles y decirlo.

Yo tengo muchos años diciéndolo, Izcalli para los izcallenses; firmes y dignos como izcallenses, y me ha costado el ostracismo. No me quejo, por supuesto que no me quejo; he sido capaz de decirle a figuras muy importantes del país lo que pienso. Me he alejado de los lugares comunes que impone la corrección política ¿cuáles son esos? decir a todo que sí, decir que todo está bien, decir que aunque no sea de Izcalli va a ser un buen presidente municipal, y eso no es cierto, eso no existe.

Vamos a pensar en la ciudad, vamos a pensar en Cuautitlán Izcalli primero; cuando hayamos hecho una inercia que tenga que ver con la necesidad primaria del ciudadano de Cuautitlán Izcalli, entonces ya pensamos; ya pensamos en los partidos, ya pensamos en los proyectos, ya pensamos en las personas.

Única y exclusivamente para que quien venga sepa que los ciudadanos vamos a estar muy atentos, muy organizados y listos para exigir algo muy simple: tener una buena calidad de vida.

-¿David Mendoza Ramos muchas gracias por esta entrevista?

– Muchas gracias a ustedes. 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *