Incitan a confrontación y desprecio entre izcallenses, en 52 Aniversario
* Alcalde de Izcalli, Daniel Serrano, trae la idea de “destruir”, para “reedificar”
La celebración del 52 Aniversario de la Fundación del municipio de Cuautitlán Izcalli se convirtió, en un escenario para la emisión de discursos por parte de la primera síndica, María del Carmen Barboza Flores, y del presidente municipal, Daniel Serrano Palacios, que, según un análisis de su contenido, no sólo promovieron la confrontación política, sino que incluyeron elementos con potencial para incitar al desprecio hacia grupos específicos de la población opositores a la actual administración.
La retórica empleada por ambos funcionarios, se caracterizó por establecer una marcada división entre “nosotros” (el gobierno actual y sus simpatizantes, identificados como “el pueblo”) y “ellos” (las administraciones pasadas, los críticos y opositores), atribuyendo a estos últimos, calificativos y destinos que pueden fomentar la polarización y el rechazo social.
Durante su intervención, la síndica de Morena María del Carmen Barboza Flores, sentó las bases de esta narrativa polarizante al trazar una línea divisoria explícita con las gestiones anteriores. Afirmó que “las autoridades de todos los órdenes de gobierno dejaron de ver y desatender la problemática del municipio y al amparo de la ilegalidad, el amiguismo y la corrupción que prevalecía en el pasado, se iniciaron construcciones mal planeadas”.
Esta caracterización negativa del “pasado” no sólo critica, sino que “demoniza” a administraciones anteriores, atribuyéndoles de forma categórica la “ilegalidad”, el “amiguismo” y la “corrupción”. Al culpar directamente a “esos años de total abandono” por la actual escasez de agua y otras problemáticas, la síndica construye una narrativa de victimización del presente a manos de un pasado corrupto, buscando cohesionar a la audiencia en un sentimiento de rechazo hacia todo lo que representó lo anterior.
La frase “gobiernos corruptos que no se preocuparon por mantener la grandeza de nuestro municipio y que prefirieron venderlo” es una acusación directa y descalificadora que intenta generar un resentimiento activo contra los actores políticos de épocas previas, fomentando una división irreconciliable.
El alcalde y la Justificación del Desprecio
Por otra parte, el discurso del alcalde Daniel Serrano Palacios escaló el nivel de confrontación, introduciendo elementos que, según el análisis, rozan la incitación al desprecio social hacia los opositores.
Inició su mensaje reconociendo “molestia genuina” por algunas acciones de gobierno, pero rápidamente desvió la atención hacia la existencia de “embozados insidiosos que propician sordos rumores, o mejor dicho, vituperios, en contraposición de las más altas conquistas sociales”.
La elección de términos como “emboscados insidiosos” no sólo descalifica a los críticos, sino que los deshumaniza, presentándolos como agentes ocultos y maliciosos que actúan contra el progreso. Esta narrativa crea un “enemigo abstracto” al que se le atribuyen intenciones nocivas, instando a la desconfianza y la hostilidad.
El punto más alarmante de su alocución provino de una cita del general Lázaro Cárdenas del Río, que el alcalde utilizó para contextualizar la situación: “Para reedificar es necesario destruir lo antiguo, atacar por todas partes la codicia. No hay que temer la enemistad de los despojados, porque además de que son muy pocos comparados con el crecido número de los que han de resultar beneficiados, ya sabemos por experiencia que cuando caigan en desgracia, todos les decretarán su desprecio.”
Esta cita es la base de la fundamentación sobre la incitación al desprecio:
“Destruir lo antiguo”: Implica una necesidad de eliminación o erradicación de lo preexistente, lo que en un contexto político puede interpretarse como una justificación para desmantelar o suprimir aquello que se percibe como obsoleto o contrario.
“No hay que temer la enemistad de los despojados”: Clasifica a los opositores o a quienes resultan afectados por las políticas actuales como “despojados”, un término que los etiqueta como perdedores de un proceso, restándoles validez a sus quejas o su posición.
“Son muy pocos comparados con el crecido número de los que han de resultar beneficiados”: Esta frase busca minimizar y deslegitimar a la minoría opositora por el mero hecho de serlo, sugiriendo que su voz o su sufrimiento son irrelevantes frente al beneficio de la mayoría. Esto es un principio peligroso en democracias, donde los derechos de las minorías deben ser protegidos.
“Cuando caigan en desgracia, todos les decretarán su desprecio”: Esta es la expresión más preocupante. No sólo predice y desea una “desgracia” para los “despojados” (los opositores), sino que además, postula que el “desprecio” de la sociedad hacia ellos será la consecuencia natural y deseable de dicha desgracia. Esto no es una simple crítica política; es una incitación activa a la aversión y la deshumanización del adversario, fomentando un ambiente donde el rechazo social hacia quienes no comulgan con el gobierno se normalice e incluso se promueva.
Finalmente, Daniel Serrano invocó al libertador José de San Martín: “cuando la patria está en peligro, todo está permitido excepto no defenderla”. En este contexto de la creación de un “enemigo” y la justificación de la “destrucción” y el “desprecio”, puede ser interpretada como una legitimación de cualquier acción, incluso las más drásticas, bajo el pretexto de “defender la patria” de estos “despojados” y “embozados”.
Analistas políticos locales alertan que el uso de esta retórica confrontacional y de desprecio en un evento conmemorativo, en lugar de fomentar la unidad, la fraternidad y el consenso, intenta profundizar las divisiones sociales y políticas en Cuautitlán Izcalli, minando el diálogo y la coexistencia democrática.