Tinta Suelta / David Nieblas Meza

Cuautitlán Izcalli: seis meses de un gobierno que simula transformación

Estamos por cumplir los primeros seis meses del gobierno municipal de Cuautitlán Izcalli y ya vimos cuál va a ser la tendencia del trienio; por desgracia para los izcallenses, no está resultando ser como algunos esperaban, incluidos muchos militantes morenistas que fueron, literalmente, engañados por el hoy alcalde Daniel Serrano Palacios. Al decir de algunos de ellos, se vendió como el “líder de ideales de izquierda, pero resultó con mañas y manos de derecha”.

Estas últimas semanas nos han regalado estampas que muestran el verdadero rostro del gobierno que encabeza Daniel Serrano: una administración que simula representar la transformación, pero en la práctica no ha cambiado nada.

Lo vimos en la manifestación del Frente Social Amplio Izcalli Alfredo Mendoza, donde el alcalde “grita y manotea” a los vecinos; los encara y les recrimina que ellos “no son el pueblo”. En todo caso, les dijo, “son un pedacito de pueblo, una pequeñita parte del pueblo”, esto, en un tono de desdén y desprecio.

Pero no fuera él quien se asume como el pueblo, porque ahí sí, es todo el pueblo. O cuando se asume dueño del movimiento de la 4T o habla en nombre de… porque ahí sí, también, estamos hablando de todo el movimiento.

La verdad es que nos enfrentamos a una persona con serios problemas de personalidad y habrá que lidiar con ello, porque por lo que se ve, no se le va a quitar y suele ser que con poder, el asunto empeore y siga cometiendo errores. Recuerden que la gente con un poquito de poder pierde el piso y los estribos. Habrá que recordarle, que no es dueño de nada, más bien, es “empleado” de los izcallenses.

Otro lamentable hecho sucedió en la manifestación de la colonia Sección Parques, donde los vecinos nuevamente enfrentaron la acción represora de un gobierno que se dice promotor del diálogo, pero que en la práctica lleva el garrote por delante. Eso fue lo que pasó, ya que sin mediar palabra, se llegó a querer quitar rejas a la fuerza, y lo lograron en una calle.

La pregunta del millón es: si de por medio había una serie de quejas y procedimientos administrativos para quitar las rejas, ¿por qué no se activó un mecanismo de conciliación y diálogo antes de llegar a la violencia y a la imposición? ¿De qué sirve entonces la dirección de Democracia Participativa?, donde por cierto, a su titular se le ve sin saber qué hacer y sin actuar; sólo dando vueltas y vueltas en las zonas de conflicto.

Fuimos testigos de que el propio comisario, que hoy ya no está en el cargo, empujó y agredió a los vecinos; ¿qué necesidad hay de eso? Esa es la política de diálogo que se está impulsando como solución a los problemas de Cuautitlán Izcalli. Yo, la verdad, creo que no es el camino.

El alcalde Daniel Serrano está desaprovechando el gran respaldo y simpatía que tiene el partido que lo llevó al gobierno; hoy, muchos que votaron por él están arrepentidos porque han visto la arrogancia y prepotencia con la que se conduce. Y eso le está haciendo un boquete de credibilidad y confianza; se le están abriendo muchos frentes que no va a poder conciliar a la hora que quiera regresar a pedir el voto en las próximas elecciones.

Está fallando en lo político y en lo efectivo en el ejercicio de gobierno, y eso, en política, no se perdona.

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